En las centrales térmicas con calderas de fuelóleo pesado, el objetivo es reducir las emisiones para proteger el medioambiente. Los quemadores se alimentan con cantidades exactas de aditivos mediante una señal de control procedente de mediciones continuas en línea, a fin de mantener los valores de emisión dentro de los límites legales y reducirlos así al mínimo. Esto se consigue con la ayuda de bombas dosificadoras, que dosifican los aditivos desde los recipientes de almacenamiento de forma controlada.
Para garantizar el funcionamiento óptimo de las bombas dosificadoras magnéticas en las calderas, se instala un conducto anular alimentado por bombas dosificadoras situadas delante. La dosificación de los aditivos se regula en función de la carga del quemador y se transmite a las bombas dosificadoras Jesco a través de una señal analógica de 4...20 mA. Mediante la instalación de amortiguadores de pulsaciones como «accesorios de las bombas dosificadoras, se consigue una dosificación uniforme y sin golpes, lo que garantiza la longevidad de la instalación.